Los grafiteros atacan por la noche varios trenes en los Talleres de Renfe

A los grafiteros de Valladolid no les vale con ‘decorar’ (casi) todas las pantallas acústicas de carreteras como la Ronda Exterior (VA-30) o las que hay sobre las pasarelas que salvan la vía en diversos puntos de la ciudad. Ni siquiera con dejar su sello en una pared medianera en lo más alto de la Plaza Mayor. Lo último es colarse en el interior de los Talleres de Renfe y marcar los trenes allí estacionados con sus pinturas de guerra. Al parecer, lo hacen siempre a primeras horas de la noche -el trabajo comienza allí a las 7.00 horas-, esquivando la vigilancia privada que salvaguarda el material y las propiedades de la empresa ferroviaria.
En realidad, no es una práctica nueva. Ya ha pasado otras veces en los Talleres de Renfe, incluso en trenes que estaban dentro de las naves. La novedad es que en esta oleada vandálica, los grafiteros se han vuelto mucho más activos en sus ataques. ‘Decoraron’ dos de los trenes allí estacionados durante la noche del jueves al viernes y, tal y como pudo confirmar este diario por diversas fuentes, repitieron en la noche del lunes al martes.
Todos ellos son trenes que se habían trasladado a los Talleres de Valladolid (al que Renfe denomina Taller Central de Reparaciones, TCR) para efectuar diversos tipos de arreglos pero a los que, además, habrá que darles una capa extra de pintura antes de devolverlos a sus destinos.

El coste del grafiti. Según las fuentes consultadas, el precio medio de la reparación de estos daños está en torno a 300 euros por cada metro cuadrado de grafiti.
La moda de pintar trenes no es nueva y en Madrid, por ejemplo, es una práctica casi diaria. Los grafiteros de trenes atacan tanto cuando los vehículos se hallan aparcados en algún andén, como cuando paran en una estación o, incluso, cuando están en marcha, tirando del freno de emergencia y bajándose a toda velocidad de los vagones para dejar su sello y, tras efectuar la pintada, emprender la huida; en el argot, se denomina dar un ‘palancazo’.
Cuatro grafiteros de este tipo fueron detenidos en febrero por causar 250.000 euros en daños en trenes de León, Madrid, Valencia y Valladolid. Ataques que luego los difundían en internet.
Esta actividad vandálica rara vez se suele castigar con penas de prisión, pese a que se está ante un delito de daños, sino que las condenas suelen ir encaminadas a multas de tipo económico o a la reparación del daño.


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y si fueran grafitis, osea obras de arte pero la mayoría son rallajos sin ton ni son destinados únicamente a ensuciar todo aquello que les viene en gana.
Es como decía mi padre , ojala vinieran los trabajos en cantera a pico y pala que a mas de uno se le quitaría la tontería.

saludos