Revisores que no piden el billete por miedo

26/08/15


Revisores que no piden el billete por miedo

Según los sindicatos, los Mossos reciben cada mes dos denuncias por agresiones físicas a revisores de los trenes de cercanías en Cataluña

Los sindicatos aseguran que la violencia se ha disparado y que los ataques multiplican por 5 los que se registran en el resto del Estado. Los datos concretos no las conocemos porque Renfe las esconde. En algunas zonas calientes interventores evitan pedir el billete por miedo.

Ante la falta de respuesta de la compañía, el personal de los trenes ha acabado organizando para WhatsApp. Se alertan entre ellos cuando ven pasajeros conflictivos y, en las rutas más calientes evitan recorrer los vagones para pedir el billete. Pilar, revisora de cercanías del área de Barcelona, dice que ella va a trabajar, no a jugarse cada día: "En la zona de Sabadell, los fines de semana, es imposible pedir el billete a los pasajeros, hay un triángulo que nosotros consideramos prohibido para hacer nuestro trabajo entre Vilanova, Vilafranca y Sant Vicenç de Calders. En este tramo, hay impunidad absoluta para quien no lleve billete".

Según las víctimas, las agresiones van a más básicamente por dos motivos: muchos son usuarios que no pagan el billete y se encaran con el revisor. Los otros son pasajeros que descargan contra este personal las iras acumuladas contra Renfe por los continuos retrasos y mal servicio. Cristóbal Cobo, de Comisiones Obreras, cree que en los últimos meses "ha subido el nivel de insultos, amenazas y agresiones físicas. Creemos que ha subido porque el servicio cada vez es peor. Cada dos por tres hay problemas en la red por una falta de inversión".

Según CCOO los Mossos también reciben cada mes hasta 7 denuncias por insultos o amenazas.

Pero no todas las agresiones acaban denunciando a la policía. La compañía, en cambio, sí que recoge prácticamente todos los ataques que sufren sus trabajadores por parte de usuarios. Tanto los trenes como en las estaciones, como recuerda José Bravo de UGT: "Cada año tenemos menos personal y no entran nuevos trabajadores y eso al final se traduce en problemas en las estaciones. Se habla de las agresiones a los trenes, pero en las terminales también hay, y eso no se dice tanto".

La última agresión ocurrió el sábado en la estación Mollet Santa Rosa de la línea 3 de Cercanías. Un viajero se lanzó sobre un interventor y le mordió la oreja con tanta violencia que le arrancó el lóbulo. El agresor logró huir antes de que llegaran los mozos.
Renfe conoce la dimensión del problema pero los datos no salen de los despachos. La compañía se limita a decir que cada año invierte 10 millones de euros en medidas de seguridad. Un dinero que según los sindicatos no son suficientes. Denuncian que cada vez hay menos personal y que los vigilantes de seguridad no dan abasto.


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