Más allá del sentido del deber.

elperiodicodearagon.com
F. V.
05/06/2020.

Un policía paga de su bolsillo cuatro potitos sustraídos en un supermercado por un padre de familia y lo deja marchar.

Un supermercado del centro de Zaragoza, sobre las once o las once y media de la mañana, el pasado 29 de mayo. Un hombre de unos 35 años, de aspecto normal, entra, se dirige a la zona de alimentación infantil, mira rápidamente a derecha e izquierda, comprueba que está solo y se mete entre la ropa cuatro potitos.

Está seguro de que nadie le ha visto y enfila hacia la puerta de salida. Pero cuando ya casi pisa la calle el vigilante del local le da el alto, le dice que no puede irse, lo detiene y avisa a la Policía.

El responsable de seguridad del supermercado no ha visto la sustracción, pero sí las cámaras del circuito cerrado de televisión, que apuntan hacia los lineales desde varios ángulos.

No ha sido un error de apreciación. Las imágenes no mienten. Al cachear al sospechoso, el vigilante encuentra los potitos, cuatro, con un precio que oscila entre uno y dos euros y pico cada uno de ellos y que se presentan en tarros sueltos o en lotes de varias unidades.

Es algo que pasa con frecuencia. Alguien es sorprendido cogiendo comida o bebida subrepticiamente en una tienda y se pone en marcha el procedimiento habitual. O sea, se llama a la Policía para que venga a arrestar al supuesto ladrón.

Pero en esta ocasión hay clientes que se enteran de lo que pasa y de inmediato se ofrecen a pagar el importe de los potitos. El detenido da explicaciones, dice que es padre de familia, habla del paro, de sus hijos, de que corren tiempos difíciles... Y hay personas que sacan la cartera y cogen los pocos euros que valen esos potitos y se los tienden a la cajera.

Mientras, llega una dotación de la Policía Nacional, oye todas las versiones, la del personal, la de los compradores, la del vigilante. Los agentes reciben datos más que suficientes para hacerse una idea y le dicen al hombre que se vaya, que no hay nada contra él. Y, cuando ha desaparecido por la puerta, uno de los policías echa mano al bolsillo y paga los tarros de comida infantil.

La ley y el sentido común.
«Ese policía se comportó de una forma muy humana», recuerda este testigo un tiempo después. Los clientes se quedan parados y hay uno al que se ese gesto lo deja pensativo. «Cerró los ojos, fue más allá de lo que sería su deber y se puso en lugar del padre de familia que tiene unos pequeños en casa, esperando que les lleve comida», reflexiona.

«Creo que fue una acción ejemplar y emocionante por parte de unos auténticos servidores públicos», añade. Pero se da cuenta de que la cuestión tiene un lado espinoso y no elude entrar en el fondo del asunto. Un fondo en el que la obligación laboral se ve contrarrestada por el sentido de la solidaridad. Una lucha, a pequeña escala, entre lo que mandan las leyes y el sentido común.

«No se debe robar, claro, pero mucho menos dejar morir de hambre a unos bebés», razona. «Esos agentes merecen un fuerte aplauso, porque robar, entre comillas, unos potitos no es un delito cuando se trata de alimentar a unos niños».

"La ley y el sentido común.

... la cuestión tiene un lado espinoso y no elude entrar en el fondo del asunto. Un fondo en el que la obligación laboral se ve contrarrestada por el sentido de la solidaridad. Una lucha, a pequeña escala, entre lo que mandan las leyes y el sentido común."

«No se debe robar, claro, pero mucho menos dejar morir de hambre a unos bebés», razona. «Esos agentes merecen un fuerte aplauso, porque robar, entre comillas, unos potitos no es un delito cuando se trata de alimentar a unos niños».

Donde termina la Ley y empieza el Sentido Común o viceversa.

Es muy bonito todo , pero Dios y Santos si esto lo hace el vigilante, dejar marchar a alguien que realiza un hurto aunque sea algo de primera necesidad, creo que esto lo unico que hace es fomentar mas hurtos, quizas este señor la proxima vez querra hurtar algo mas tambien de primera necesidad por esta regla de tres, yo tambien tengo corazon y me duele pero creo que la policia no puede entrar en ese bucle por desgracia y si cada vez que lo llaman para una intervencion va a pagar lo que se han llevado , que se prepare que quizas cree escuela.

El Mundo esta como esta pro creo que cada uno tienen su sitio y su funcion y esa hay que asumirla tal y como nos viene porque sino , si lo cruzamos todo esto no tendra remedio y tendran excusa todos los que hurtan por necesidad, recordemos que productos de primera necesidad da caritas y otras organizaciones humanitarias.

Lo siento si mi comentario no es politicamente correcto.

Es que fríamente analizado, la acción es muy loable pero,
igual es peor el remedio que la enfermedad y terminar convirtiéndose en un efecto llamada.
El que más y el que menos que trabaja en Seguridad,
sabe que en no pocas ocasiones y con toda la buena intención,
das un dedo y terminan cogiendote el pescuezo.
Se avecinan tiempos complicados en ambos lados del camino.

La compasión, cómo el perdón, es privilegio de los poderosos. Un policía tal vez pueda ejercerla de vez en cuándo. Un vigilante en un supermercado, nunca.

Todos hemos tenido que intervenir más de una vez en casos cómo éste, dónde hubiéramos preferido mirar a otro lado, pero por desgracia nosotros no nos podemos permitir ésos lujos.

¿Hemos pensado en qué haríamos nosotros mismos si no tuviésemos NADA para comer?
¿Y si nuestro bebé no pudiese comer tampoco?

Yo personalmente hurtaría también. Y ojalá no nos toque, que mal vienen los tiempos.

Yo en un caso como éste (siendo el poli, o siendo vs) me pasaría las leyes por el forro, lo digo como lo siento. ¿No se las pasa el gobierno, el ministro del interior, y toda la tropa que ya sabemos? Pues no veo yo porqué no habríamos de pasárnoslas tambien nosotros, y con razón, para no dejar morir de hambre a un padre y a su familia.

Aquí o cumplimos TODOS las leyes, o ninguno, pero nada de yo si, pero tú no. Y menos con el ejemplo que tenemos en el poder.

Y me importa un pimiento el efecto llamada.
Pues anda que no hay otro efecto llamada de gente que está viniendo a España a cobrar la renta perenne de vago. Pero éste efecto llamada no importa ¿no?

Pues mira tú que si hay un efecto llamada en los hurtos por permitir a un padre llevarse unos potitos pues mejor. Así contratan a más vigilantes. Más trabajo para nosotros. Eso si, siempre y cuando no salga la noticia en los medios de que un vs ha pagado los potitos, porque si no, no nos llamarán para trabajar.
Ya se harta una de que solo seamos 4 los que debamos cumplir las leyes. Pero luego el propio minis del inte... pa qué vamos a hablar. Y ya ni hablemos de los vigilantes playeros, y las administraciones con sus intrusismos, y sus contrataciones de empresas basura.
Hombre, que vale que debamos tener integridad y todo eso, pero tampoco tenemos que ser los tontos del pueblu siendo los únicos que deben permanecer inalterables.
Para mi es más integro pagar un potito a un ladronzuelo que detener a un pobre hombre que lo ha perdido todo. Cada uno ve la integridad a su manara, igual que ven la suya las administraciones y demás.

Buenas 
Voy a.dar mi opinión y experiencia en estos casos. 
He prestado servicio en supermercados y esto me ha pasado (hurtar potitos, pañales, etc):
Lo primero que hay que hacer, y creo que aquí está el primer error que ha sucedido. Siempre que detectamos a alguien realizando hurto y pase la línea de caja, es pedirle amablemente (dentro de lo posible) que le acompañes que quieres hablar con él en privado, para que nadie se percate de lo sucedido y así ahorrarte problemas.
Una vez en la oficina o cuarto, le explicas lo que pasa y le haces el registro. 
Yo personalmente ni se me ocurre llamar a la policía por unos potitos, pañales, etc. Porque es evidente que lo hurta por necesidad. Tampoco le dejaría llevárselo ni se lo pagaría, porque el boca a boca es muy malo en estos casos y se corre la voz entre "delincuentes". 
En estos casos, bajo mi punto de vista, es pedirle que pague el importe voluntariamente de los productos y se los lleve. Si no quiere pagarlos o no tiene dinero, deja los productos allí y se le expulsa del establecimiento, con la "amenaza" que si vuelve a realizar hurto, se le denunciará sin importar el importe sustraído.

En lineas generales, cuando comentamos una Intervención o experiencia de servicio,
podemos hacerlo desde varios puntos de vista.
Básicamente a nivel personal, a nivel profesional o bien una mezcla de ambas, cada una va a tener sus consecuencias y repercusiones y no siempre con el mismo efecto.
En el caso que nos ocupa, desde un punto de vista personal, es muy loable el querer ayudar , empatizar, o ponerse en el lugar del débil, y ver que nosotr@s en tal situción posiblemente hubiesemos echo algo similar.
Desde un punto de vista profesional, y en este caso como Vigilantes de Seguridad,
ya entramos en harina de otro costal.
Aquí estoy de acuerdo con...

Agustin91 escribió:Buenas
Voy a.dar mi opinión y experiencia en estos casos.
He prestado servicio en supermercados y esto me ha pasado (hurtar potitos, pañales, etc):
Lo primero que hay que hacer, y creo que aquí está el primer error que ha sucedido. Siempre que detectamos a alguien realizando hurto y pase la línea de caja, es pedirle amablemente (dentro de lo posible) que le acompañes que quieres hablar con él en privado, para que nadie se percate de lo sucedido y así ahorrarte problemas.
Una vez en la oficina o cuarto, le explicas lo que pasa y le haces el registro.
Yo personalmente ni se me ocurre llamar a la policía por unos potitos, pañales, etc. Porque es evidente que lo hurta por necesidad. Tampoco le dejaría llevárselo ni se lo pagaría, porque el boca a boca es muy malo en estos casos y se corre la voz entre "delincuentes".
En estos casos, bajo mi punto de vista, es pedirle que pague el importe voluntariamente de los productos y se los lleve. Si no quiere pagarlos o no tiene dinero, deja los productos allí y se le expulsa del establecimiento, con la "amenaza" que si vuelve a realizar hurto, se le denunciará sin importar el importe sustraído.

... porque para solucionar una incidencia, no podemos crear una situación que a posteriori en nuestro quehacer diario nos complique la vida laboral.

Por otra parte, el mezclar los puntos de vista laborales y personales,
en pocas ocasiones nos suele traer buenas consecuencias.
Ponerse el uniforme, implica dejarse en la taquilla cuestiones que a nivel personal sin el mismo, posiblemente solucionariamos de otra forma, pero que laboralmente hablando, debemos buscar el "Sentido Práctico" a estas situaciones y ver que es lo que menos nos va a complicar nuestro quehacer diario, aunque esto vaya en contraposición a nuestras ideas personales.
Cuando un@ está desempeñado unas funciones, ha de buscar la forma de no complicarselas voluntariamente un@ mismo, que ya sobrará quien lo haga sin haberselo pedido.
Y si estas situaciones entran en contradicción con nuestro trabajo de Vigilante de Seguridad, entonces hemos de decidir que es lo que queremos hacer a nivel profesional, porque a nivel particular/personal, cada un@ piensa como cree conveniente.