Continua la barbarie

DESAFÍO ISLAMISTA Nuevo ataque Genocidio con la firma del IS
El Estado Islámico mata a 300 hombres de Kocho y rapta a las mujeres y los niños

Un superviviente relata la masacre yihadista en este pueblo iraquí de mayoría yazidí

Gazal Murad, que tiene a su nuera y nietos secuestrados por el IS, en... Gazal Murad, que tiene a su nuera y nietos secuestrados por el IS, en el campamento de refugiados de Zajo. F. C.
FRANCISCO CARRIÓNEspecial para EL MUNDO Zajo (Irak) Actualizado: 24/08/2014 20:22 horas
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El joven Jaled Murad conserva frescos los fotogramas de su fusilamiento. Sobrevivió a la masacre que el Estado Islámico perpetró en Kocho, el pueblo iraquí habitado por la minoría yazidí donde los yihadistas liquidaron a los varones y raptaron a mujeres y niños.

"Nos subieron a una camioneta y nos llevaron a las afueras del pueblo. Entonces abrieron fuego. Recibí tres balas en el brazo y la pierna. Creyeron que estábamos todos muertos y se marcharon. Al caer la noche varios supervivientes escapamos a las montañas", relata a EL MUNDO Murad desde un hospital de la villa iraquí de Zajo donde se recupera de las heridas.

La mayoría de los vecinos de Kocho, a 15 kilómetros al sur de la ciudad de Sinyar, no puede contarlo. Varios cientos de hombres fueron asesinados a sangre fría mientras mujeres y niños eran secuestrados y trasladados a la cercana Tal Afar. La tragedia tuvo lugar el pasado 15 de agosto pero el de Jaled es uno de los primeros testimonios que levantan acta del genocidio. "El Estado Islámico asesinó a unos 300 hombres de entre 15 y 90 años", detalla el treinteañero acompañado de su hermano Said, quien también logró sortear el destino. "No tenemos noticias de los otros siete hermanos que estaban en el pueblo. Creo que están todos muertos", dice.

Familias, convertidas en parias

Kocho, una villa de 1.700 almas, fue conquistada el 3 de agosto por los extremistas en una ofensiva que ha arrasado todos los poblados colindantes. Alrededor de 150.000 personas han huido desde entonces de una zona habitada desde tiempos inmemoriales por los yazidíes, seguidores de una religión preislámica a los que los yihadistas consideran "adoradores del diablo". Convertidas en parias, familias enteras han sobrevivido durante días en las montañas sin agua ni alimento o han subsistido con los suministros lanzados por aviones estadounidenses, británicos e iraquíes. En la aldea de Jaled, sin embargo, no hubo opción para escabullirse del enemigo. "No opusimos resistencia. Cuando llegaron les entregamos todas las armas. Nos dijeron que no nos harían daño", recuerda el joven.

El joven Jaled Murad, superviviente de la masacre de Kocho. El joven Jaled Murad, superviviente de la masacre de Kocho. F. CARRIÓN
Pero la promesa se evaporó el 15 de agosto. En cuestión de horas, la situación viró dramáticamente. "Nos confinaron en la escuela de secundaria del pueblo y nos separaron. Las mujeres y los niños se quedaron en la primera planta. A los hombres nos trasladaron a la segunda. Nos retiraron el dinero, los teléfonos móviles y la documentación", narra Jaled. Poco después, las furgonetas comenzaron su macabro vagar por las calles de Kocho. "Iban cargadas con hasta 40 hombres. Los fusilaron en lugares diferentes pero muy cerca del núcleo urbano", precisa el superviviente, que durante nueve horas caminó malherido por las montañas de Sinyar hasta dar con las tropas del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) y los 'peshmergas' (ejército del Kurdistán iraquí).

El ultimátum de los captores

El paradero de las mujeres y niños raptados por el IS resulta también vago. "A veces recibimos la llamada de alguna mujer secuestrada. Hasta ahora los terroristas no han tenido mucho trato con ellas. Pero están obligando a las niñas de otros poblados a casarse con los militantes", denuncia temeroso Jaled. La saña con la que los acólitos del califato han actuado en otras villas ha congelado cualquier esperanza. En la localidad de Siba, las mujeres hechas prisioneras consumieron este domingo el ultimátum de sus raptores. "Les han dicho que si no se convierten al islam no podrán ayudarlas", declara a este diario Gazal Murad entre las rudimentarias tiendas de campaña que se desparraman por una árida colina de Zajo.

Su nuera y dos nietos están recluidos desde hace semana y media en una escuela de Tal Afar transfigurada en cárcel por el IS. "La última vez que hablé con ella por teléfono estaba atemorizada. Hoy (por ayer) es el último día que le han concedido para que abrace el islam. Si no, la matarán", agrega la anciana. A unos metros, en un cobertizo construido con hierros y mantas, Yamil Maskin -oriundo también de Siba- narra impasible cómo su hermano fue arrestado por los barbudos en los accesos al pueblo. "Supe que había muerto por un vídeo publicado por el IS", murmura quien salvó su vida y la de sus hijos al refugiarse en las montañas y -tras días de hambre y sed- ser evacuado por el corredor hacia Siria abierto por las milicias kurdas. "Es el genocidio número 74 que sufre el pueblo yazidí. Y está siendo el peor", se lamenta Yamil, ansioso por emigrar. Jaled tampoco barrunta volver a casa cuando esté recuperado. "Entre los que nos disparaban reconocí a cuatro árabes de un pueblo vecino. No podemos regresar. Solo queremos salir de Irak

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¿ Derechos humanos? No se puede luchar con las reglas occidentales contra los salvajes.

Estos solo tienen un nombre  hijos de la gran put......, ojala arrasen a estos ya no se como llamarles y les hagan pagar todas las atrocidades que hacen en nombre del islam ,pero estos en que mundo se creen que vivimos ? , y lo mismo digo del español moro que le de por hacer alguna tontería aquí, si esto sucediera deberían hacer como los judíos, tu lo haces y yo te lo hago multiplicado por 100 para que aprendáis a comportaros donde os dan de comer malnacidos.

saludos

palopiedra escribió:¿ Derechos humanos? No se puede luchar con las reglas occidentales contra los salvajes.

Yo pondría a los ong,s que viven del cuento ahí para que vieran a quien protegen

saludos

Washington, 27 ago (dpa) - La madre del periodista Steven Sotloff, desaparecido en Siria desde 2013, envió un emotivo mensaje en video a sus presuntos captores del extremista Estado Islámico (EI).
En su mensaje difundido hoy entre otros por el diario "New York Times", Shirley Sotloff apela directamente al líder de la milicia terrorista, Abu Bakr al Bagdadi, para que libere a su hijo.
Lo llama califa y le pide que ejerza la clemencia, siguiendo la tradición musulmana. "Mi hijo Steven está en sus manos", señala. "Como califa puede ejercer la clemencia. Le ruego que haga valer su autoridad para proteger su vida".
Sotloff sería uno de al menos tres estadounidenses que están actualmente en poder del EI. Presuntamente es mostrado brevemente durante el video de la decapitación del periodista estadounidense James Foley, que desató estupor internacional.
En tanto, el periodista Peter Theo Curtis fue liberado recientemente tras dos años de cautiverio


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Estos están buscando que nos cabreemos en serio y arrasemos todo musulman que se mueva, ellos mismos, siembra la violencia y recogeras terremotos