La radicalización de inmigrantes marroquíes que amenaza a Europa.

Hace poco más de una semana conocíamos la terrible noticia en la que los cuerpos de dos mujeres, una danesa y una noruega, fueron hallados en una región montañosa aislada a 10 km de Imlil, en un pueblo pequeño del Alto Atlas con signos de violencia de arma blanca en sus cuellos. Días después, tres hombres fueron arrestados por el asesinato de Louisa Vesterager Jespersen, de 24 años, de Dinamarca, y Maren Ueland, de 28, de Noruega.

Según informaba Reuters días después, un total de 19 personas han sido detenidas por su presunta implicación en el asesinato de las dos turistas. La fuente precisó que los detenidos fueron los cuatro sospechosos principales y otras quince personas que estarían vinculadas a los autores del crimen. Estos cuatro sospechosos, de entre 25 y 30 años, juraron lealtad a Estado Islámico en un vídeo. Sin embargo, el portavoz de la Inteligencia marroquí, Boubker Sabik, descartó el domingo, en declaraciones a la televisión estatal, que cometieran el crimen por orden de algún grupo extranjero. Aseguró que son “lobos solitarios”. En las redadas llevadas a cabo en los últimos días, las autoridades marroquíes han incautado de armas de fuego, cuchillos y materiales para fabricar bombas.

Por otro lado, el Departamento de Estado de EEUU emitía el pasado domingo una alerta a sus ciudadanos. A través de su cuenta oficial de Twitter, pedía que se aumentasen las medidas de precaución en Barcelona durante las fiestas de Navidad y Año nuevo. Concretamente, haciendo referencia a La Rambla. “Los terroristas pueden atacar”, asegura el tuit, “en zonas turísticas, de transporte y otras áreas públicas”. El Departamento de Estado pide especial precaución en áreas de circulación de vehículos, “incluidos autobuses”.

Días después, los Mossos d’Esquadra iniciaban la búsqueda de un hombre que podría estar relacionado con esos atentados. Se trata de un marroquí de 30 años, originario de Casablanca, con carné para conducir autobuses. Al sospechoso le consta una denuncia en 2006 por insultar en el aeropuerto de Málaga a la Guardia Civil, según fuentes policiales. Los servicios de información también tienen conocimiento de que viajó de Almería a Nador, en 2015, y de Tánger a Algeciras, en 2018.

Ambos sucesos recientes tienen algo en común, la nacionalidad marroquí de los sospechosos.

Marruecos, origen de los nuevos fanáticos del ISIS

El país del norte de África se ha considerado durante mucho tiempo un refugio de estabilidad y un aliado clave en la lucha contra el ISIS, pero recientemente se ha visto sacudido por una oleada de atentados en los que, ciudadanos de origen marroquí, eran los principales implicados.

Ya no solo es una amenaza exterior, si no que como ha ocurrido con el terrible suceso de las montañistas nórdicas, los turistas que viajan dentro de Marruecos también son un posible objetivo para los extremistas locales.

En una alerta a turistas emitida desde la Oficina de Asuntos Exteriores del Gobierno británico, la entidad advierte a sus ciudadanos de que es muy probable que los terroristas realicen ataques en Marruecos y llama a los turistas a estar “vigilantes en todo momento”. Este comunicado también advierte de que “los ataques podrían ser indiscriminados o dirigidos a los extranjeros”, citando el último gran incidente de terror en abril de 2011, en el que diecisiete personas murieron y 25 resultaron heridas en una gran explosión causada por una bomba en Marrakech en el restaurante Argana.

Si bien Marruecos se considera relativamente seguro en comparación con sus vecinos del norte de África, varios terroristas se han radicalizado allí. La nación de mayoría musulmana es considerada en la actualidad como el principal exportador de combatientes de ISIS a Siria.

Sin ir más lejos, y tomando un caso relativamente reciente, el terrorista marroquí, Younes Abouyaaqoub, de 22 años, fue el conductor de la furgoneta que mato a 15 personas en La Rambla.

En la actualidad y acorde a diversas fuentes oficiales, unos 1.800 marroquíes se han convertido en combatientes yihadistas en Libia, Irak y Siria en los últimos años. El Estado Islámico, que está perdiendo territorio, ha reclamado crédito a través de diversos ataques en Europa, algo que ha propiciado la, cada vez más frecuente, actuación de los llamados “lobos solitarios”.

El joven Moussa Oukabir, de 18 años y nacido también en Marruecos, fue uno de los cinco yihadistas muertos a tiros en Cambrils.

Apenas unos días después, el principal acusado de matar con un cuchillo a dos personas y herir a otras ocho en la ciudad finlandesa de Turku fue identificado como Abderrahman Mechkah, un joven marroquí de 18 años. Según informaba el digital finlandés, Yle.fi, Mechkah ya había sido radicalizado y era visitado con frecuencia por un hombre mayor también de origen marroquí y que también visitaba a otros jóvenes de Finlandia.

Dos de los tres hombres que llevaron a cabo la masacre del Puente de Londres el 3 de junio de 2017 eran también de la nación norteafricana: Rachid Redouane, de 30 años y Youssef Zaghba, de 22 años de edad. Khuram Butt fue identificado como seguidor del grupo islamista Al-Muhajiroun, no era un desconocido ni para los servicios de información ni para la prensa. En un documental realizado en 2016 por Channel 4, el terrorista aparecía predicando las virtudes de la guerra santa. Del mismo modo, había sido grabado en un altercado con la policía tras desplegar una bandera del Estado Islámico en el parque Regent’s de Londres.

También eran de origen marroquí los terroristas que participaron en los ataques de París en noviembre de 2015 y el atentado en el aeropuerto de Bruselas cuatro meses después, que se cobraron la vida de 32 personas. El terrorista, Abdelhamid Abaaoud fue el cabecilla de los ataques de París, mientras que los hermanos marroquíes Salah e Ibrahim Abdeslam llevaron a cabo el atentado de Bruselas.

El marroquí Najim Laachraoui, fue el fabricante de las bombas utilizadas en Bruselas y también fabricó los chalecos suicidas para dos de los terroristas que llevaron a cabo la atrocidad de París en 2015. Según las investigaciones, todos tenían conexiones con el yihadismo radicado en Oriente Medio. Se sabe, por ejemplo, que Laachraoui viajó a Siria en 2013, donde trabajó como guardia de prisiones para el ISIS.

Sarah Feuer, experta en política y religión en el norte de África, miembro del Washington Institute, cree que el yihadismo sigue siendo una amenaza dentro de Marruecos. “El hecho de que tantos europeos de origen marroquí estén implicados en los recientes ataques sugiere que las políticas internas del reino dirigidas a contrarrestar el extremismo no han secado lo suficiente las fuentes ideológicas de extremismo para los ciudadanos marroquíes que viven en el extranjero”, afirma Feuer.

Por otro lado y según informaba The Guardian tras el atentado de Barcelona, unos 1.600 marroquíes viajaron a Irak y Siria para formarse como combatientes del ISIS en los últimos años. “El norte de África se ve cada vez más como una plataforma de lanzamiento para los ataques a Europa”, afirma el medio británico.

Un 15% de los inmigrantes en España son de origen marroquí

Con los datos expuestos anteriormente, es inevitable preocuparse sabiendo que en nuestro país existen casi 700.000 inmigrantes de origen marroquí. El año pasado, más de 3.000 marroquíes llegaron a España, y este año, la cifra se eleva hasta los más de 10.000 ciudadanos procedentes de Marruecos.

Según el Estudio Demográfico de la Población Musulmana desde el año 1.968 se han nacionalizado en España a más de 300.000 inmigrantes marroquíes, esto, sumado a los datos del INE, sitúa la población de origen marroquí en España por encima del millón de habitantes.

Este censo del año 2017 arroja además que en España existen más 34 cementerios musulmanes y un total de 27 imames para las diferentes comunidades musulmanas que existen en nuestro país.

Por otro lado y según publicaba el pasado lunes El Mundo, más de 500 reclusos islamistas saldrán de las prisiones europeas en los próximos dos años, según los datos que manejan las Fuerzas de Seguridad, configurando una suerte de quinta columna de consecuencias impredecibles. Solo en España, en los próximos ocho años abandonarán los recintos carcelarios 73 de los 129 presos yihadistas que permanecen hoy recluidos. Según recoge el digital, varios expertos afirman que no salen precisamente rehabilitados. Más bien al contrario. Las autoridades francesas, que llevan tiempo enfrentándose al problema, que han probado diferentes métodos de reinserción y tratamiento parecen haberse rendido abiertamente a la evidencia y haber asumido que los yihadistas, cuando acaban de cumplir condena permanecen igual o más radicales de lo que entraron.

Un ejemplo del problema de la reinserción lo tenemos en Jamal Zougam, de origen marroquí, que tras 14 años en prisión por los atentados del 11-M fue acusado recientemente de estar vinculado con una red carcelaria de captación de futuros terroristas. El pasado mes de octubre, la Guardia Civil encontró varias cartas con dibujos de la bandera del Daesh durante el registro de su celda.

En resumen, el escenario se plantea realmente complejo. Nuestro país se encuentra a escasos kilómetros de Marruecos y en estos momentos la inmigración ilegal camina a marchas forzadas hacia una normalización de la invasión que está sufriendo España y el resto de Europa. Normalización que no solo atenta contra nuestro estado de bienestar, si no que tal y como reflejan los hechos, supone un grave ataque hacia nuestra seguridad. Como diría aquel: “que Dios nos pille confesados”.

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Esta gente tiene complejo de inferioridad y se escudan en la religion para cometer verdaderas animaladas y nadie le quiere poner freno , ya lo pagaremos si no ponemos remedio nosotros mismos.

Me voy a callar respecto a ciertos atentados relatados aquí. Porque la libertad de expresión no existe en éste país aunque digan que si.
Me tengo que morder la lengua sin querer hacerlo.

Pero diré esto:
Oro parece, plátano es.

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